"El Gobierno golpista de Bolivia exhibe una postura fascista y reaccionaria al negar el carácter solidario de la colaboración médica de Cuba, cuyo humanismo es reconocido a nivel mundial", opinó a Sputnik Martínez, abogado que dirigió el movimiento social Coordinadora Salvadoreña de Solidaridad con Cuba.
El Gobierno transitorio de Bolivia suspendió sus relaciones con Cuba, después de que el canciller de ese país, Bruno Rodríguez, calificara de "ilegal" y "autoproclamada" a la presidenta de la nación andina, Jeanine Áñez.
El pronunciamiento de Rodríguez, que Bolivia consideró "inaceptable", vino tras una serie de descalificaciones de Áñez a la labor asistencial que los cooperantes cubanos han realizado en el Estado plurinacional por casi tres lustros.
"Al atacar políticamente esa asistencia humanitaria, Áñez siguió un guión reaccionario que busca no solo atacar al pueblo de Cuba, si no desconocer además los avances sociales logrados durante los mandatos del presidente Evo Morales (2006-2019)", señaló Martínez.
El canciller en funciones de Bolivia, Yerko Núñez, declaró que esta ruptura también responde a la "permanente hostilidad y constantes agravios de Cuba contra el Gobierno constitucional boliviano y su proceso democrático".
La medida implica la paralización de todos los convenios entre ambos países, la mayoría de ellos concentrados en salud y educación.