"Este pacto lo implementaremos para generar consensos a través de los espacios de diálogo; buscamos también mostrar el rostro humano del sector, a través de actividades absolutamente sostenibles e inclusivas", dijo durante la presentación el ministro de Energía, José Agusto, según un comunicado del Ministerio.
Según explicó el funcionario, el Pacto Social Energético busca promover el desarrollo de proyectos para generar nuevas inversiones, lograr acuerdos con las comunidades de las zonas de influencia, y establecer un fondo que garantice las prestaciones de jubilación y salud de los habitantes que conviven con la industria minera.
Los contratos estarán orientados a la provisión de servicios de alimentación, transporte, seguridad y limpieza, ya sean contratados por Petroamazonas o por los consorcios que prestan sus servicios para la petrolera.
Según información de la empresa, en 2019, el 83% de sus trabajadores, que prestan sus servicios en la Amazonia eran nacidos o residentes en la región, y alrededor de 6.800 amazónicos han sido vinculados a compañías y consorcios que prestan servicios para la estatal petrolera.
Para 2020 uno de los grandes retos del gobierno de Moreno será la explotación del campo Petrolero Ishpingo, que forma parte del bloque petrolero Ishpingo-Tambococha-Tiputini, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana.
El Parque Nacional Yasuní es uno de los lugares más biodiversos del planeta y hogar de tribus de indígenas no contactados por la civilización occidental: los Tagaeri y los Taromenane, por lo que su desarrollo es criticado por grupos de científicos, activistas y ecologistas.
Al momento, Ecuador ya produce petróleo en Tiputini y Tambococha.