El equipo de científicos examinó los restos de un cadáver encontrado en la década de 1960, enterrado dentro de una capa de cenizas volcánicas. La víctima había muerto no en la costa, sino en una cama de madera en un edificio conocido como el Collegium Augustalium en Herculano. El esqueleto carbonizado contenía los escasos restos de un cráneo que se rompió durante la erupción.
El equipo observó los fragmentos de material negro vidrioso situados dentro de los restos del cráneo y analizó las proteínas encontradas en su interior.
When the citizens of Pompeii were hit by the heat, they were scorched with such an intensity their brain matter boiled then turned to glass. This is Roman brain glass. pic.twitter.com/GzmRX22JJH
— Caitlin (@MorbidReveries) 23 января 2020 г.
El análisis reveló proteínas que se encuentran en diferentes áreas del cerebro humano, incluyendo la corteza cerebral arrugada, la amígdala y la sustancia negra. Además fueron hallados los ácidos grasos y los triglicéridos.
Normalmente, los restos de los órganos humanos encontrados en el lugar de la erupción del Vesubio se parecen a jabón a causa de los triglicéridos del tejido cerebral y los ácidos grasos. El cerebro de esta víctima de la erupción experimentó un proceso de vitrificación, aseguran los arqueólogos.
Basándose en el análisis de la madera carbonizada encontrada cerca del cadáver, el equipo determinó que la habitación probablemente alcanzó una temperatura máxima de 520 grados Celsius.
La temperatura extrema habría sido lo suficientemente caliente como para "vaporizar los tejidos blandos" del cuerpo de la víctima. Luego de la breve ráfaga de calor, el cuerpo se habría enfriado rápidamente, dejando los espeluznantes restos de un cráneo reventado cubierto de trozos de cerebro vitrificados, anotaron los autores.
El estudio se publicó en The New England Journal of Medicine.