En un comunicado, la defensa del periodista dice que la denuncia "hiere la libertad de prensa y sirve como instrumento de disputa política".
Los abogados de Greenwald aseguran que están preparando medidas judiciales para revertir la decisión de la Fiscalía, y pidieron que la Asociación Brasileña de Prensa "cierre filas en defensa del periodista agredido".
"Esta denuncia (…) es un intento obvio de atacar la prensa libre en represalia por las revelaciones que relatamos sobre el juez (Sérgio) Moro y el Gobierno de Bolsonaro", expresó Glenn Greenwald en un comunicado difundido a través de la red social Twitter.
Agregó que Bolsonaro y el movimiento que lo apoya "no creen en la libertad de prensa".
Greenwald cree que la denuncia también es un "ataque directo" al Supremo Tribunal Federal, que determinó que no se lo podía investigar para proteger la libertad de prensa; y a las conclusiones de la Policía Federal, que no vio vínculos con los hackers.
El medio recuerda que la Policía Federal destacó la postura "cuidadosa" de Greenwald al manejar el material obtenido con las filtraciones, y que no fue ni siquiera investigado porque no existían los mínimos indicios de que hubiera cometido delitos.
"Causa perplejidad que el Ministerio Público Federal se preste a un papel claramente político, contrariando el informe de la Policía Federal", dice la nota.
Los editores de The Intercept Brasil ven la denuncia como un intento de "criminalizar" no sólo su trabajo, sino el de todo el periodismo brasileño.
"No existe democracia sin periodismo crítico y libre, la sociedad brasileña no puede aceptar abusos de poder como este", zanjaron.
"La denuncia contra el periodista Glenn Greenwald es profundamente grave y representa una escalada en la amenaza a la libertad de prensa en Brasil", dice una nota divulgada por la filial brasileña de la ONG Amnistía Internacional.
Los hackers consiguieron divulgar conversaciones privadas que probarían en cierta medida que el exjuez cometió diversas irregularidades en el proceso que llevó a la cárcel al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011).
Para la Fiscalía, las pruebas recolectadas en la investigación "demuestran que Greenwald auxilió, incentivó y orientó al grupo (de hackers) durante el periodo de las invasiones".
La principal prueba que comprometería a Greenwald es un diálogo con Luiz Molição, el hacker que actuaba como portavoz del grupo, en el que el periodista le pide que elimine mensajes para no correr peligro de ser vinculado a esas actividades delictivas.