Sentimos mariposas en la panza cuando nos enamoramos, un nudo en el estómago cuando estamos nerviosos y pérdida del apetito cuando estamos deprimidos. Todo esto se debe a que en el aparato digestivo se encuentra nuestro segundo cerebro.
Agregó que ese microbioma es un sistema de cooperación que si funciona nos da salud pero, si no lo hace, favorece el desarrollo de distintas enfermedades. Se estima que un 70 % de las patologías físicas y psíquicas que padecemos se deben a un mal funcionamiento de ese ecosistema intestinal.
La serotonina, llamada 'hormona de la felicidad', es la encargada de regular el apetito, el sueño, el deseo sexual, la temperatura corporal, el estrés, la angustia, el miedo, la agresividad, entre otras funciones.
"Cada vez sabemos más sobre determinados alimentos y que es lo que generan en nuestro microbioma. Por ejemplo, el consumo de grasas trans provoca ira y situaciones compulsivas. Esto se ha podido observar en varios centros penitenciarios en EEUU", concluyó Almodóvar.