"Unos 500 hondureños que integran una caravana de migrantes ingresaron a territorio guatemalteco y se desplazan por Entre Ríos, Puerto Barrios, Izabal (sureste). La caravana la integran mujeres, hombres y niños", publicó el rotativo en su web oficial.
La entrada de los primeros migrantes coincidió con una reunión del recién investido presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, con el canciller de México, Marcelo Ebrard, quien le adelantó que su país no dejaría pasar a la caravana.
"En coincidencia con la presentación del proyecto de desarrollo de Guatemala, El Salvador, Honduras y México, le preguntamos (a Ebrard) sobre la caravana y el Gobierno mexicano nos advirtió que no los va a dejar pasar", aseguró Giammattei, quien asumió la presidencia el martes.
"Sí vamos a ser extremadamente exigentes frente a los menores de edad. Se le va a pedir documentación a los mayores sobre los niños, de lo contrario esos niños serán devueltos a Honduras porque no podemos nosotros dejar pasar, que se violente la ley. Nosotros tenemos que proteger a los niños", advirtió Giammattei en rueda de prensa.
Varios medios de prensa en Honduras reportaron la congregación anoche de unas 1.000 personas en la norteña ciudad de San Pedro Sula, decididas a escapar de problemáticas sociales como la violencia, el desempleo y la precariedad.
Un primer grupo cruzó a Guatemala por el punto fronterizo de Corinto, pero varios videos que circulan en redes sociales muestran acciones represivas de la Policía de Honduras en contra de los migrantes, entre los cuales hay menores de edad.
El fenómeno de las caravanas migratorias comenzó en octubre del 2018, cuando más de 2.000 personas partieron de Honduras rumbo a EEUU, y en el camino se les unieron cientos de salvadoreños, guatemaltecos y mexicanos.
Miles de migrantes centroamericanos permanecen en México a la espera de respuesta a su solicitud de asilo en Estados Unidos, otros fueron deportados o decidieron regresar, y un número sin precisar perdió la vida víctima de las estructuras criminales, los "coyotes" (traficantes de personas) o el hacinamiento en centros de detención.
También hay cientos de migrantes en centros de detención en EEUU, donde desde diciembre de 2018 murieron casi una decena de niños y varios mayores.
EEUU firmó acuerdos de "tercer país de asilo" con varias naciones centroamericanas para enviar a los solicitantes de asilo lejos de sus fronteras a que esperen sus procesos.