El presidente estadounidense, Donald Trump, y el viceprimer ministro chino, Liu He, confirmaron la puesta en práctica del documento en una ceremonia en la Casa Blanca. La "Fase 1" suspende la guerra comercial entre las dos más grandes economías del mundo, aunque requerirá al menos una fase más para resolver las diferencias restantes en torno a las demandas estadounidenses.
"Si lo viéramos como un conflicto bélico sería un armisticio. Porque las condiciones estructurales, en términos de agenda de diferencias de percepciones económicas centrales, este acuerdo no las soluciona", agregó.
Para Cesarín, EEUU ha salido airoso de la disputa. En primer lugar, porque a pesar de las respuestas chinas el país mantuvo el crecimiento y la alta tasa de empleo, y en segundo término porque logró compromisos de su rival.
"De alguna manera el primer gran efecto que EEUU quería lograr, más allá de reducir el déficit comercial, era contener de alguna manera a China sobre ciertos aspectos económicos, comerciales e incluso de influencia política. Lo que ha logrado a través de una postura rígida del presidente Trump en el campo comercial, que evidentemente se traslada al campo tecnológico, militar, etcétera", señaló.