El jefe del Gobierno de Unidad Nacional de Libia, Fayez Sarraj, y el mariscal del Ejército Nacional Libio, Jalifa Haftar, llegaron a la capital rusa para unirse a las negociaciones después de que los presidentes ruso y turco, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, pidieran a estos dos grupos opuestos en su lucha por el control del país un alto el fuego y que se sentaran inmediatamente a negociar.
Sputnik habló con Andréi Chupriguin, profesor de la Escuela de Estudios Orientales de la Escuela Superior de Economía, para saber por qué esta reunión tan importante se celebra en Moscú.
"Será porque Moscú ha logrado durante los últimos dos años de conflicto libio conservar la imparcialidad. Podríamos llamarlo neutralidad, aunque no es del todo neutralidad", opina Chupriguin.
El profesor también piensa que es demasiado pronto para pronosticar cómo concluirá la conferencia en Moscú, pero se muestra convencido de que "no se irán con las manos vacías" y de que algún acuerdo será firmado. Otro tema es que las partes vayan a cumplir con lo prometido.
Sin embargo, también destacó que los protagonistas del conflicto libio mantienen las distancias de momento. Especialmente Haftar, quien no quería aceptar un alto el fuego por la victoria inminente de sus tropas. Sarraj tenía una posición similar al exigir que las fuerzas de su oponente dejaran los sitios ocupados antes de comenzar las negociaciones.
"Estos factores indican que las conversaciones van a ser duras. No creo que Haftar piense ceder", cree Chupriguin.