Se trata de un curso completo de terapia por radiación de protones que en fracciones de segundo eliminaría un tumor maligno.
Los científicos del Centro de Cáncer Abramson de la Universidad de Pensilvania realizaron un estudio comparativo, cuyos resultados confirman que la terapia FLASH reduce en dos tercios el riesgo de los efectos secundarios del tratamiento en comparación con la radioterapia de fotones que se usa frecuentemente. Además, los indicadores de curación en los pacientes que recibieron uno de los dos tratamientos fueron casi los mismos.
La gran masa de protones concentrada hace que la radiación se centre con mayor precisión en el tumor, de esta manera, el daño a los tejidos adyacentes es mínimo. Además, otra ventaja de este método es que el tratamiento completo puede realizarse en una sola sesión que dura menos de un segundo, lo cual marca una gran diferencia en comparación con la convencional radioterapia de fotones que dura varias semanas.
Los científicos agregaron que para el estudio tuvieron que desarrollar sistemas de sensores especiales para la medición precisa de la dosis de radiación debido a que los detectores estándar se saturaban rápidamente por las altas dosis de radiación de protones. Sin embargo, consideran que esta radioterapia FLASH puede ser empleada sin esperar la creación de equipos especiales.