Miles de bomberos y socorristas, apoyados por la Armada y la aviación, están trabajando para extinguir el fuego —que afectó ya a más de 14 millones de acres— y salvar a los animales.
Los ecologistas advierten que los incendios amenazan la biodiversidad del continente. En particular, los koalas son especialmente vulnerables, ya que son más lentos y suelen subirse a los árboles en situación de peligro. Los incendios ya mataron a más de 8.000 animales de esta especie.
El desastre también provocó la muerte de al menos 23 personas y destruyó miles de viviendas.
El 2 de enero, las autoridades declararon el estado de emergencia en Victoria, uno de los estados más afectados por las llamas.
"Esto continuará hasta que tengamos lluvias decentes que puedan lidiar con algunos de los fuegos que llevan ardiendo muchos, muchos meses", declaró a los medios el primer ministro australiano, Scott Morrison.