Un antiguo jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Mohsen Rezaei, indicó en un discurso en la televisión iraní que "la ciudad israelí de Haifa (norte del país) y centros militares de Israel" podrían incluirse como objetivos de ataques.
Además, afirmó que Washington no se atreverá a atacarlo y aconsejó a Estados Unidos que retire sus tropas de Oriente Medio.
Por su parte, el líder del grupo chiíta libanés Hizbulá, Hasan Nasrala, llamó a las milicias chiítas a atacar objetivos estadounidenses en todo Oriente Medio, incluso con atentados suicidas, y predijo que los americanos abandonarán la región en "ataúdes", llevándose a Israel también con ellos.
"Esto es el principio de una nueva guerra", aseguró Nasrala en un discurso televisado desde Beirut, la capital libanesa.
El cadáver del general Soleimani llegó a Teherán, donde tenía que celebrarse una gran ceremonia que finalmente se llevó a cabo en Mashhad, la segunda ciudad iraní, según anunció la Guardia de la Revolución.