"Hay que volar más lejos y no dar vueltas a la Tierra", dijo el cosmonauta que ostenta el récord mundial de permanencia en el espacio al sumar 878 días en cinco vuelos.
Según Pádalka, la humanidad ya aprendió mucho y cuenta con una gran experiencia en la órbita terrestre.
A comienzos de la era espacial, indicó, la humanidad no entendía cuáles serían sus desafíos y qué impacto tendrían los vuelos largos, la ingravidez y la radiación.
"Ahora sabemos crear las tecnologías espaciales seguras que funcionan en las condiciones extremas del espacio, aprendimos a contrarrestar los factores nocivos de vuelo espacial, así como vivir y trabajar por mucho tiempo en el espacio", resumió el cosmonauta.
La corporación espacial rusa Roscosmos y la Academia de Ciencias de Rusia están elaborando un programa de exploración y colonización de la Luna. Se prevé que esté listo para 2040 e incluya la construcción de una base rusa en la Luna.
Además, la semana pasada el jefe de Roscosmos, Dmitri Rogozin, dijo a Sputnik que Rusia reanudó las negociaciones con EEUU y otros socios de la Estación Espacial Internacional (EEI) sobre su participación en la creación de la estación espacial tripulada Gateway en la órbita de la Luna.
"Los próximos 10 o 20 años serán como los decenios de 1960 y 1970, con su primer vuelo al espacio, la primera salida al espacio extravehicular y el primer programa lunar, con la diferencia de que ahora empezará un boom de vuelos a la Luna y Marte", señaló Pádalka, que en sus cinco expediciones pasó 878 días en el espacio, que es un récord mundial.
A su juicio, ahora, al cabo de 60 años, la Humanidad está cerca de lograr impresionantes avances tecnológicos, y la tarea de Rusia consiste en no quedar a la zaga.
"En nuestro país muchos hablan de la necesidad de separarnos y seguir efectuando vuelos independientemente de nuestros socios. Pero el nivel de la cooperación y de la interdependencia técnica es tan alto que la desunión de segmentos de las naves espaciales supondría colosales esfuerzos técnicos y gastos financieros", agregó.
Según el cosmonauta, para seguir siendo un socio fiable y respetado en la Estación Espacial Internacional, Rusia debe desarrollar un cohete portador superpesado y unas tecnologías de las que dependan nuestros socios.
"Elon Musk es un soñador romántico que no solo está enamorado del espacio sino también contagia a los demás con su amor", dijo el héroe de Rusia.
El cosmonauta recordó como en 2012, cuando la tripulación de la EEI recibió la primera nave espacial Dragon de la empresa SpaceX, fundada por Musk, vio en directo a su equipo, los jóvenes especialistas de entre 25 y 40 años "con ideas y proyectos fantásticos".
"Me recuerda los tiempos de Serguéi Koroliov, entonces bajo su dirección trabajó un equipo de ingenieros como ellos, que no tenían miedo de crear, tomar riesgos y responsabilidad", dijo Pádalka.
Además, Musk crea una competencia, según Pádalka.
"Incluso dentro de su empresa, por ejemplo, en el proyecto Starship trabajan dos equipos, uno en Texas y el otro en Florida", dijo el cosmonauta ruso al señalar que "es justo aquello que hubo en la Unión Soviética, cuando hubo varios equipos y competencia".