"Venezuela informa que ha iniciado los trámites diplomáticos para la entrega de cinco desertores del Ejército venezolano responsables del asalto armado al 513 Batallón de infantería de la Gran Sabana, capturados por las fuerzas de seguridad pública de Brasil", indicó Arreaza en un comunicado publicado en la red social Twitter.
De igual manera, el Gobierno venezolano denunció el pasado 23 de diciembre que durante el ataque al batallón sustrajeron 120 fusiles de asalto y nueve lanzacohetes RPG, que tenían como propósito generar una acción de bandera falsa para propiciar una intervención militar por parte de EEUU a esa nación sudamericana.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores y de Defensa de Brasil informó en un comunicado que su Ejército detuvo a cinco militares venezolanos que se encontraban en la zona indígena de San Marcos, en el noreste del estado brasileño de Roraima, que colinda con Venezuela.
En ese sentido, el Gobierno venezolano espera la "entrega de este grupo de ciudadanos venezolanos implicados en tan graves hechos, para que rindan debidas cuentas ante la justicia venezolana".
"Cabe destacar que la República Bolivariana de Venezuela, en estricto apego al derecho internacional y a la buena vecindad, jamás ampararía asaltos a unidades militares de Brasil y actos de desestabilización de sus instituciones democráticas, con el objetivo de perturbar la tranquilidad pública de ese país", indica el texto.
Por su parte, los Gobiernos de Brasil, Ecuador, Perú y Colombia rechazaron y calificaron de infundadas las acusaciones de Venezuela.
Entre tanto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, aseguró que las armas que le fueron robadas a la Fuerza Armada de su país están en Brasil, y exigió al Gobierno de Jair Bolsonaro capturar a los asaltantes.
Por el ataque a la unidad militar habían sido detenidas siete personas y el Gobierno acusó a tres diputados opositores de estar implicados en plan denominado "Navidades Sangrientas".