Alimentarse no es algo sencillo en la naturaleza, donde los animales deben desarrollar esforzadas estrategias para cazar a sus presas. Esto se hace más crudo aún en el fondo del mar, medio en el que pequeños peces pasan su vida intentando escapar de las fauces de los colosos del océano.
De hecho, los cardúmenes de pequeños peces suelen lograr engañar a sus depredadores de tamaño mediano como los lobos marinos. Sin embargo, no tienen la misma efectividad con los animales de mayor tamaño como las ballenas.
Los científicos vieron que las ballenas jorobadas, por ejemplo, pueden comerse cerca de dos tercios de un cardumen de un solo bocado, según recogió la revista Science. Toda una proeza para una especie que, por su tamaño, no podría acercarse a su presa sin ser vista.
¿Pero cómo lo hace?
Según el estudio publicado en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences', los científicos simularon en un laboratorio cómo reaccionaba una anchoa al acercamiento de una 'ballena virtual'.
El experimento fue complementado con observaciones de cardúmenes de la Bahía de Monterrey y en la costa sur de California, donde vieron que las anchoas recién comenzaban a intentar escapar cuando las ballenas jorobadas abrían sus fauces. Los cetáceos también utilizan sus aletas para envolver a los ejemplares que quedan fuera del bocado.