"Si empieza algún diálogo sobre el tema, el Consejo Rusia-OTAN podría ser uno de los lugares para mantener ese diálogo", dijo Grushkó en una entrevista con el periódico ruso Kommersant.
El vicecanciller recordó que el Consejo Rusia-OTAN fue creado precisamente para detectar y evaluar conjuntamente las amenazas a la seguridad en todo el espacio euroatlántico y tomar medidas para neutralizarlas.
A finales de septiembre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, envió a los mandatarios de varios países, algunos de ellos de la OTAN, una propuesta de moratoria al despliegue de misiles de alcance medio y corto en Europa y otras regiones.
La iniciativa de Putin venía después de que Washington rompiera definitivamente el pasado 2 de agosto el Tratado INF de misiles de medio y corto alcance, suscrito con Moscú en 1987.
Según declaró la OTAN, la propuesta del Kremlin "no infunde confianza porque ignora la realidad sobre el terreno".
Tratado de Cielos Abiertos
La salida de EEUU del Tratado de Cielos Abiertos sería "un golpe a la seguridad europea", declaró el viceministro.
"Se puede afirmar que sería otro golpe a la seguridad europea", dijo Grushkó en una entrevista concedida al periódico ruso Kommersant.
Poco después el diario The Wall Street Journal comunicó citando fuentes que el presidente estadounidense, Donald Trump, había firmado un documento sobre la intención de Washington de abandonar el Tratado de Cielos Abiertos.
Grushkó dijo además que EEUU aún no ha informado a Rusia sobre las intenciones de salir del tratado.
"Washington está diciendo por todas partes que el documento no responde a los intereses de Estados Unidos. Pero es que insisten en que ningún instrumento de control de armamentos responde a sus intereses", señaló el vicecanciller.
A juicio de Grushkó, en este caso deberían de intervenir y exponer su opinión los aliados de EEUU en Europa.
El Tratado de Cielos Abiertos se firmó en 1992 en Helsinki y autoriza a los observadores militares obtener imágenes de movimientos de tropas y buques en un vasto territorio desde la ciudad canadiense de Vancouver hasta el puerto de Vladivostok, en el Lejano Oriente ruso.
El documento cuenta actualmente con 34 signatarios, incluida Rusia, que lo ratificó en mayo de 2001.