Las partes planean construir un complejo para separar y tratar residuos sólidos urbanos y de gran tamaño, una instalación para tratar la basura organomineral y un vertedero para eliminar la no reciclable.
El proyecto servirá para la propia ciudad de Kaliningrado y varias áreas de la parte occidental de la región con una población total de más de 660.000 personas. Más del 70% de residuos sólidos urbanos se enviará al complejo para su procesamiento.
"El complejo no solo reducirá el impacto negativo en el medioambiente, sino que también permitirá obtener materias primas secundarias para diversas industrias, lo que afectará positivamente la economía del proyecto", comentó el jefe de Fondo ruso de inversiones directas, Kirill Dmitriev.
El lanzamiento del complejo con una capacidad de hasta 350.000 toneladas de residuos sólidos urbanos está previsto para el año 2022.
Se destinarán hasta 2.900 millones de rublos —unos 46,5 millones de dólares— de inversiones conjuntas para llevar el proyecto a la práctica.
Es el primer acuerdo en la industria desde el inicio de la reforma sobre los residuos sólidos urbanos que se puso en marcha el 1 de enero de 2019 en Rusia.