Hay una bacteria que podría arruinar tus festejos: la clostridium perfringens, que suele provocar intoxicaciones y se encuentra en la carne de cerdo, res y aves crudas. Vive en sus intestinos y en algunas cepas.
Inicia de forma repentina y no dura más de un día, sin embargo, puede ocasionar fuertes diarreas.
Pese a no ser contagiosa, si muchas personas comen de la misma carne infectada, los resultados serán los mismos para todos y la cena de Navidad quedará arruinada.
¿Qué hacer para prevenir una intoxicación?
Uno de los principales problemas está en cómo se cocina el alimento. Lo ideal sería cocinarlos a una temperatura de entre 60 a 75 grados Celsius y refrigerarlos a una temperatura menor a 4 grados, no más de dos horas después de haberlos preparado.
Al recalentar la comida, lo ideal es alcanzar temperaturas de 74 grados centígrados o más. Así podrás eliminar cualquier bacteria que se haya producido.
Por lo general, los alimentos contaminados no tendrán sabor, olor ni una apariencia diferente, por lo que debes tomar estas medidas con atención para evitar contagios.