Según explicaron en el ente castrense del país, la propuesta hecha por EEUU no satisface las necesidades de Polonia y resulta ser demasiado costosa. Por lo cual, los militares polacos estiman que con el rechazo a los F-35 el país podría ahorrarse 1.000 millones de dólares.
Después de ello, se establece automáticamente la cadena logística, donde las partes de repuesto pueden enviarse desde las bases militares de países vecinos para acelerar el proceso. Sin embargo, ello implicaría también que Polonia tendría que enviar sus piezas a los demás usuarios de los cazas estadounidenses, lo cual contradice a las leyes de este país.
De tal modo, el programa del caza estadounidense de quinta generación se hace con un nuevo obstáculo en forma de la logística, que se añade a su alto costo y los problemas técnicos que conlleva.
Además, el uso de los cazas F-35 también resulta problemático para la población civil que vive en la cercanía de las bases aéreas. Este es el problema que se está viviendo en Dinamarca, donde 618 viviendas quedaron afectadas por los niveles extremos de ruido generado por el motor de este caza.