En las imágenes se puede ver cómo un par de investigadores fueron testigos del momento exacto en que el tiburón de poco más de tres metros atrapa a una foca pequeña.
El depredador incrusta sus afilados dientes en la presa para sostener su comida y mueve bruscamente su cabeza para arrancar los trozos de carne.
Los investigadores solo alcanzaron a grabar un momento del ataque porque el escualo rápidamente se llevó los restos de la foca hacia las profundidades del mar para continuar su festín.