Tras reunirse en Seúl con su homólogo surcoreano, Lee Do-hoon, el diplomático estadounidense reconoció que el progreso logrado en 2019 "no es como esperábamos".
"Pero no tiraremos la toalla […] Estados Unidos no tiene una fecha límite. Nuestro objetivo es cumplir con los compromisos que los dos líderes hicieron durante su histórica cumbre en Singapur", agregó.
Los líderes de EEUU y Corea del Norte, Donald Trump y Kim Jong-un, se dieron cita por primera vez el 12 de junio de 2018 en Singapur.
Sin embargo, el proceso de distensión en la península de Corea se atascó en los meses recientes.
La segunda reunión entre los presidentes Donald Trump y Kim Jong-un, celebrada en Hanói el 27 y el 28 de febrero pasado, terminó de forma abrupta y sin un acuerdo, aunque las partes, según la Casa Blanca, quedaron en mantener más reuniones en el futuro.
El tercer encuentro entre ambos líderes se improvisó el 30 de junio en la línea divisoria entre ambas Coreas, también fue presentado como "históricos" y terminó con el anuncio de que Washington y Pyongyang retomarían consultas en las semanas siguientes.
A principios de diciembre, el vicecanciller norcoreano Ri Thae-song recordó que el fin del 2019 es la fecha límite que el líder norcoreano, Kim Jong-un, marcó en abril para que EEUU cambie de actitud en las negociaciones con Corea del Norte para preservar el avance logrado, si no quiere llevarse una "sorpresa navideña".
En mayo pasado Pyongyang reanudó las pruebas de armas, tras una pausa de 17 meses, y realizó desde entonces una quincena de ensayos, entre ellos dos recientes que, según las conjeturas, fueron de nuevos motores para misiles balísticos intercontinentales.