El estudio fue realizado por la Federación Académica de Lisboa (FAL) mediante cuestionarios y con estudiantes universitarios de grado, máster y doctorado de entre 17 y 30 años como sujetos. La presidenta de la entidad, Sofia Escaria, indicó a Sputnik que ''sentíamos que había problemas y mucha incidencia de abusos, de manera que decidimos comprobar cuál era la realidad de la situación''.
La internacionalización académica es una realidad que está en auge en Portugal. Cada año llegan a la Universidad de Lisboa unos 6.900 estudiantes de más de 100 países diferentes, lo que a escala nacional se traduce en 50.000 alumnos extranjeros, según datos recientes del Gobierno. Aunque no existe ninguna distinción entre nacionalidades, las autoridades están atentas a la vulnerabilidad de los grupos extranjeros: hay que tener en cuenta que ''muchos estudiantes se encuentran aislados de la autoridad familiar, de la comunidad, incluso dentro de la facultad'', en palabras de Daniel Cotrim, asesor técnico de la dirección de la Asociación Portuguesa de Apoyo a la Víctima (APAV).