"Todos esperan a que Rusia apele ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo. En base a las evidencias, creo que sería una pérdida de tiempo y dinero ... Creo que para todos en Rusia debería ser obvio ahora que hay un problema, y que [Rusia] necesita cambios significativos", opinó Pound en una entrevista telefónica con Sputnik.
Lo mejor que podría hacer Rusia, a su juicio, es "decir mañana: OK, lo aceptamos, es nuestra culpa, nos equivocamos, lo arreglaremos y nos pondremos a trabajar mañana".
"Creo que es una decisión correcta ... indica que los datos de laboratorio [de Moscú] fueron alterados por las autoridades en Rusia, y es inaceptable", resaltó el que fuera presidente de la agencia antidopaje de 1999 a 2007.
A finales de noviembre el Comité de Revisión y Cumplimiento (CRC) de la WADA publicó un informe de su investigación que apunta al carácter incompleto y no fiable de los datos del laboratorio antidopaje de Moscú, por lo que recomendó al Comité Ejecutivo de la agencia apartar a Rusia de las competiciones internacionales por cuatro años.
El 9 de diciembre, el organismo ejecutivo de la WADA apoyó esas recomendaciones despojando a Rusia del derecho de competir durante cuatro años en importantes competiciones internacionales, entre ellos los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y la Copa de la FIFA, así como solicitar la adjudicación de grandes torneos, pero autorizó a los deportistas "limpios" de Rusia a competir en esos eventos sin bandera nacional ni himno.
Dos años después, en diciembre de 2017, el COI prohibió a la selección rusa participar en los Juegos Olímpicos de 2018 en Pyeongchang bajo la bandera nacional, pese a no haber encontrado pruebas del llamado "dopaje institucional", del que se acusó a Rusia.
Moscú negó en repetidas ocasiones cualquier vínculo del Gobierno ruso y los organismos públicos con los casos de dopaje entre los deportistas y aseguró que no solo luchó en el pasado contra este mal, sino que así lo seguiría haciendo en el futuro.