Los Escobazos se remonta a los tiempos antiguos y se dedica a la veneración de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Cada año, la noche de 7 a 8 de diciembre, los lugareños del pueblo marchan por las calles gritando "viva", tocando el tambor y cantando.
Se cree que esta tradición tiene su origen en los pastores que volvían al pueblo para celebrar este día. Se dice que las escobas se utilizaban para iluminar los senderos como signo de saludo y bienvenida.