Alexandra Hall Hall renunció a su cargo de consejera del Brexit en Estados Unidos, frustrada por el "uso de argumentos engañosos y falsos" de su Gobierno para explicar las "implicaciones" del Brexit, según expuso en su carta de dimisión publicada por la CNN.
"Estoy en una fase de mi vida en la que prefiero hacer algo más enriquecedor que vender medias mentiras en nombre de un Gobierno en el que no confío", escribe con dura precisión.
Mientras, el primer ministro sufrió otro drástico revés a seis días de las elecciones al Parlamento de Westminster, que convocó anticipadamente para "Ejecutar el Brexit" ("Get Brexit Done"), según el eslogan de su campaña.
John Major, que dirigió a los conservadores y al país de 1990 a 1997, pidió el voto por tres diputados a los que Johnson expulsó del grupo parlamentario por oponerse a un Brexit abrupto.
"El Parlamento será más pobre sin su talento en las bancadas, por eso tendrían mi voto si yo fuera residente en una de sus circunscripciones", dijo en un acto electoral del colectivo a favor de un segundo referéndum.
El ex mandatario conservador participó por vídeo en el mitin, que se celebró en un teatro de Londres bajo la consigna "Stop the Brexit Landslide" (Evitemos la mayoría absoluta del Brexit).
"Creo que es muy triste, creo que se equivoca y creo que representa una opinión obsoleta", respondió Johnson respecto al plantón de su predecesor.
Al estrado del teatro subió Tony Blair, sucesor de Major en Downing Street, quien reclamó el voto táctico en favor del candidato antiBrexit con mayores posibilidades de ganar la plaza.
Los conservadores mantienen una ventaja de diez puntos respecto a los laboristas, suficiente para formar un Gobierno mayoritario, según el promedio de sondeos de intención de votos.
El profesor John Curtice, experto en la materia, calcula en un 70% las perspectivas de una mayoría absoluta para la derecha y el Brexit duro de Johnson.
El primer ministro y su opuesto laborista, Jeremy Corbyn, se enfrentarán, cara a cara, en un debate organizado por la BBC este viernes 6.
Será, en principio, el último pulso televisado entre ambos contrincantes y únicos lideres con posibilidades de alcanzar la jefatura de Gobierno bajo el sistema de mayorías absolutas que rige las elecciones de Westminster.