En su estudio, publicado en la revista Science Advances, los científicos buscaron demostrar qué pasaría con las dos principales fuentes de alimentos a finales del siglo: la agricultura y la pesquería. Para entender mejor cuál sería su producción bajo los efectos del cambio climático se creó un modelo que tomó en cuenta factores geográficos: dónde los alimentos han sido cultivados o pescados.
Resulta que en el peor escenario, un 90% de la población humana vivirá en un área donde la producción de alimentos agrícolas y del pescado irá decayendo. En particular, el modelo mostró un 25% de reducción en la agricultura y más de un 60% en la industria pesquera.
Además, su estudio describe la sensibilidad de diferentes áreas a los efectos del cambio climático. Por ejemplo, las áreas tropicales no serán capaces de adaptarse a las temperaturas más calurosas mientras Estados como Canadá y Rusia realmente pueden experimentar un auge de la producción de ambas fuentes de alimentos.
Los resultados de este estudio tienen una especial importancia después de que la Organización Mundial Meteorológica reportara que los gases del efecto invernadero batieron en el 2018 todos los récords históricos.