A las costas de las provincias de Chubut y Río Negro llegan en septiembre los primeros pingüinos machos. Se enfrentaron durante días por conseguir el territorio adecuado para un nido. Un par de semanas después, llegan las hembras; las parejas se arman. Entre ellas, muchas son fruto del reencuentro de años anteriores.
"Nosotros seguimos a una pareja que se juntaba cada septiembre por 17 años. Todos los inviernos se separaban y luego se volvían a encontrar hasta que la hembra no volvió más… Quizás murió. Él formó pareja nuevamente", cuenta el biólogo que es referente mundial en conservación de pingüinos.
De todos modos, suena dulce a los oídos de quienes buscan relaciones para toda la vida. Y hasta puede deconstruir algún estereotipo de género. Los pingüinos se aparean, las hembras ponen los huevos y los machos ¡los cuidan! Luego de 40 días de incubación en los que ambos padres se turnan para cuidar el nido, nacen los primeros pichones.
Por otro lado, García Borboroglu matiza que la monogamia en los pingüinos por lo general está dada dentro de una temporada porque comprende una única pareja para el cuidado de las crías. Pero esto puede variar de una temporada a otra.
Para principios de marzo los pichones ya habrán cambiado sus plumas, pasan a ser más impermeables y los padres ya los habrán abandonado. Las crías se concentrarán en grupos para ir hacia el mar con sus nuevos compañeros de alimentación y así será hasta el próximo septiembre, cuando el ciclo comienza otra vez.