"Eduardo (diputado) está ampliamente involucrado y es uno de los líderes de ese grupo que llamamos milicia virtual (…) Carlos (concejal de Río de Janeiro) y Eduardo son los cabecillas, los mentores", dijo Hasselmann (Partido Social Liberal), que era aliada de Bolsonaro y la portavoz del Gobierno en el Congreso, en una comparecencia ante una comisión en el Senado transmitida por la Cámara.
La legisladora asistió a la comisión para aportar información sobre los ataques que organizan miembros del Gobierno y de los que ella ha sido víctima.
Según afirmó, las personas que gestionan los perfiles más influyentes se coordinan para escoger un objetivo y la forma del ataque, y después de ese trabajo difundiendo hechos falsos, calumnias, montajes denigrantes, etc, empiezan a funcionar los robots para multiplicar los mensajes.
"Las publicaciones son pautadas e influenciadas por políticos, Eduardo y sus asesores activan a las militancias políticas; muchos perfiles son falsos para dificultar que sean responsabilizados por esos contenidos", dijo la diputada.
Comentó que el nivel de organización llega a tal punto que existe una lista con el cronograma de los días que debe durar un ataque, y que todo cuenta con la supervisión del llamado "gabinete del odio".
La diputada también dijo que, según una investigación que ella misma encargó, hay 1,4 millones de seguidores robots en el perfil de Twitter del presidente Bolsonaro (que tiene 5,5 millones de seguidores) y 468.775 en el de Eduardo Bolsonaro, que cuenta con 1,8 millones en total.
Además, aseguró que el concejal Carlos Bolsonaro llegó a proponer la creación de una "Abin paralela" en el Gobierno, que funcionaría como un órgano clandestino que incluiría pinchazos telefónicos; la Abin es la Agencia Brasileña de Inteligencia, el equivalente local a la CIA.
La diputada de ultraderecha empezó a ser víctima de una persecución en las redes sociales por parte de seguidores de Bolsonaro después de que se enfrentara con Eduardo Bolsonaro por el liderazgo dentro del Partido Social Liberal (PSL), que hasta hace poco era el partido oficialista.
La lucha interna acabó generando dos bandos muy definidos, pero los fieles al presidente decidieron dejar la formación y fundar un nuevo grupo, Alianza por Brasil.