"¡Me complace anunciar que volveré a mis deberes de cazador de ratones principal en el Foreign Office esta semana! Nuevas reglas, los Protocolos de Palmerston, regirán mi cuidado en la Cancillería", dice un comunicado publicado en la cuenta de Twitter del gato.
I am happy to announce that I will be returning to my Chief Mouser duties at the @foreignoffice this week! New guidance - the Palmerston Protocols - will govern my care in the FCO to make sure it’s working for me. (1/4) pic.twitter.com/j2AFKI0DGN
— Palmerston (@DiploMog) December 2, 2019
Según los Protocolos de Palmerston, solo los cuidadores especiales pueden alimentar al gato y nadie debe darle golosinas.
Asimismo, en el edificio de la Cancillería será creada una Zona de Palmerston, y todos deben ayudarlo a permanecer en esta zona, ya que los gatos se preocupan cuando su territorio es más grande de lo que puede manejar.
"Los Protocolos de Palmerston están diseñados para garantizar mi bienestar y felicidad en la Cancillería. Mi cuidado depende de la constante vigilancia de un equipo de cuidadores voluntarios, quienes supervisarán si los Protocolos de Palmerston funcionan. Ratones: ¡cuidado! ¡Estoy volviendo!", puntualiza el comunicado.
The Palmerston Protocols are designed to ensure my welfare and happiness in the FCO. My care is under constant review by a dedicated team of voluntary carers, who will be monitoring whether the Palmerston Protocols work. Mice - watch out! I’m coming back! (4/4)
— Palmerston (@DiploMog) December 2, 2019
En julio, el diario The Telegraph informó de que el gato tuvo que ser llevado a la casa del secretario permanente del ministerio, Simon McDonald, para que se recupere del estrés; el cazador de ratones tenía sobrepeso y se había arrancado el pelo de las patas delanteras de tanto lamerse.
Este 2 de diciembre, McDonald emitió una severa carta al personal diplomático, aclarándoles que si no cambian su comportamiento con el gato, Palmerston podría retirarse para siempre.