"Mandaré al Consejo de Representantes una solicitud oficial de renuncia a mi cargo de jefe del Gobierno", dice el comunicado.
El primer ministro agregó que tomó nota del mensaje que emitió la maryaiya, autoridad religiosa chií, en el cual denunció condiciones duras en Irak y la incapacidad de las autoridades de resolver la situación.
A su vez, el jefe del Consejo Supremo Islámico de Irak, Humam Hamoudi, afirmó que las protestas iraquíes pretenden desintegrar el país.
"Se trata de una nueva tragedia, que pretende destruir el proceso político positivo, destruir el pueblo, su Constitución, su Gobierno, a su presidente. Los movimientos de protesta, supuestamente reformadores, persiguen en realidad el objetivo de desmembrar nuestro país", dijo el político, al intervenir en una reunión del grupo 'Rusia y el mundo islámico' celebrada en la urbe rusa de Ufá.
Para Hamoudi, los "enemigos" de Irak no quieren que ese país sea "justo y estable" como lo son sus vecinos, "como lo son los demás Estados".
Desde octubre Bagdad y varias gobernaciones de Irak han sido escenario de protestas contra el desempleo, la corrupción y la ausencia de servicios básicos, motivos por los que los manifestantes exigen la dimisión del Gobierno iraquí.
El pasado 6 de octubre, el Gobierno de Adel Abdul Mahdi dio a conocer el primer paquete de medidas económicas para mitigar el malestar de la población, entre las que se incluyen la concesión de viviendas, subsidios y ayudas sociales para familias de bajos ingresos, así como programas de capacitación profesional y creación de empleos.
El 25 de octubre, el primer ministro iraquí anunció que reorganizaría el Ejecutivo e introduciría enmiendas a la ley electoral, aunque señaló que la dimisión de todo el Gobierno hundiría al país en el caos.