"Necesitamos analizar los votos, ver los errores factuales cometidos y decidir qué recurso interpondremos, si será en el ámbito del TRF-4 o si será ya en los tribunales superiores, pero está claro que recurriremos, porque la decisión anunciada hoy es una decisión que afronta al Tribunal Supremo", dijo en rueda de prensa el abogado del expresidente Cristiano Zanin Martins, según una retransmisión en vivo en las redes sociales.
El abogado argumentó que la decisión de esta corte de apelación es "incompatible" con el Supremo, porque éste decidió que los imputados delatados tienen derecho a hablar después de los imputados delatores, lo que no ocurrió en el caso de Lula en este proceso.
Lula había sido condenado en primera instancia a 11 años y diez meses de cárcel por corrupción activa, pasiva y blanqueo de dinero, y tras la decisión de la segunda instancia judicial de elevar la pena los abogados pueden recurrir en esta propia corte, en el Tribunal Superior de Justicia, y en el Tribunal Supremo Federal.
La decisión judicial, no obstante, no implica que Lula vaya a volver a la cárcel a corto plazo, ya que gracias a una decisión reciente del Supremo, nadie puede ser preso hasta que haya agotado todos los recursos en todas las instancias posibles.
La ley brasileña impide que alguien con una condena en segunda instancia pueda presentarse a los comicios, y Lula ya acumularía dos: la del apartamento de Guarujá (por la que entró en la cárcel) y la de la finca de Atibaia.
El caso que fue juzgado el 27 de noviembre se refiere a una casa de campo situada a las afueras de Sao Paulo, que Lula solía visitar con su familia los fines de semana.
La casa, que no era propiedad de Lula, sino de un amigo cercano, recibió reformas de empresas contratistas de Petrobras (sobre todo Odebrecht), que los investigadores interpretaron como una especie de regalo a cambio de las maniobras que Lula realizaría para beneficiarlas.
Al explicar su voto, el juez Gebran Neto aseguró que "poco importa" si Lula era o no el propietario de esa casa, porque quedó demostrado que "usaba el inmueble".
Esta es la segunda condena en segunda instancia del expresidente brasileño, tras la del apartamento de Guarujá, por la que empezó a cumplir ocho años y diez meses de cárcel.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) tiene otros seis procesos pendientes, aunque mucho más retrasados, ya que ninguno de ellos se ha decidido todavía en primera instancia.