"El 76,1% de las personas provenientes del Norte de Centroamérica salieron de su país de origen por la violencia generalizada, explicada por la presencia de pandillas en esa zona", indican los resultados de la encuesta.
El estudio fue realizado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar, federal) y la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (estatal).
En cuanto a los niveles de estudio, más de la mitad (62%) de las personas refugiadas tiene como máximo grado de estudios entre la primaria y la educación media completa (bachillerato), mientras 14% no terminó ningún grado de estudios y 10,5 terminó la licenciatura.
"De los niños, niñas y adolescentes en edad escolar, 67% no asiste a ninguna institución educativa, por razones como la falta de documentos o su muy reciente llegada al país", señala otro de los hallazgos.
La mayoría de las personas refugiadas dependen de empleos eventuales y sin contrato (74%) en México.
Casi la mitad (47%) dijeron sentirse "muy integradas en México", y 29% "algo integradas", mientras que sólo 1,3% dijo sentirse "nada integrada".
Los hallazgos de este informe servirán como insumos para el desarrollo de políticas y programas de atención a personas que han encontrado en México "una oportunidad para rehacer sus vidas".
El diagnóstico permitirá "aprovechar las capacidades y el capital humano tanto de las personas refugiadas como de la población local en las zonas donde viven, para generar una mayor integración" en este país.
El documento concentra datos de 777 personas refugiadas y 208 personas solicitantes de la condición de refugiado, provenientes de 13 países y cuatro continentes; además de 2.801 miembros de las comunidades locales.