Los científicos analizaron la secuencia del ADN para detectar la estructura molecular, crearon el modelo tridimensional de la molécula y la imagen de la regulación epigenética que influye en la actividad de los genes.
El estudio descubrió que el tipo circular de ADN en gran cantidad se encuentra en las células cancerosas de los pacientes con cáncer y esto contribuye a la agresividad del tumor. Además, los médicos determinaron que este comportamiento desempeña un papel clave para que el tumor maligno se desarrolle y el cáncer avance.
Con esta estructura de ADN, los médicos resaltan que el comportamiento de las células cancerosas recuerda mucho al de las células de bacterias eucariotas. Es así que al dividirse las células cancerosas, se realizan inmediatamente varias copias de oncogenes codificados y esto hace que el tumor evolucione más rápido. Esto ayudaría al organismo a adaptarse al tratamiento de quimioterapia y radioterapia.