"El Gobierno de EEUU complementa la guerra económica contra Cuba, con la intromisión en los asuntos internos del país y una abierta subversión política; las mentiras y calumnias son la base de su escalada agresiva, su fracaso es total", escribió en su cuenta de la red social de Twitter el ministro cubano de Relaciones Exteriores.
El Gobierno de #EEUU complementa la guerra económica contra #Cuba, con la intromisión en los asuntos internos del país y una abierta subversión política. Las mentiras y calumnias son la base de su escalada agresiva. Su fracaso es total.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) November 22, 2019
El 20 de noviembre, el periódico local Granma publicó un artículo donde acusa a la Embajada estadounidense en La Habana de desplegar una nueva campaña de calumnias y descrédito contra Cuba.
Para eso, agregó el diario, la Embajada de EEUU empleó como pretexto el arresto de Ferrer a quien el Gobierno cubano acusa de ser un "agente asalariado al servicio de EEUU".
Las autoridades cubanas confirmaron que el acusado se encuentra pendiente de juicio, ha recibido visita de su esposa y de sus hijos, como corresponde según las normas para su situación legal.
Asimismo, rechazan lo que entienden como una campaña del Gobierno de EEUU de una supuesta "desaparición física, maltrato físico, tortura o que recibe insuficientes alimentos".
"Son puras mentiras deliberadamente concebidas y orientadas por el Gobierno de Estados Unidos y su Embajada en La Habana, ha contado (Ferrer) con la debida atención médica, realiza ejercicios físicos regulares y, ante solicitud realizada, se le facilita asistencia religiosa", precisa el artículo de Granma.
Ferrer, antes de su actividad al servicio del Gobierno de EEUU, "tenía una trayectoria delincuencial y de conducta violenta totalmente ausente de motivaciones políticas", con antecedentes penales registrados que datan de 1993 que incluyen agresiones con violencia física a otros ciudadanos, entre ellos mujeres, y desorden público", publicó Granma.
A su vez, el comunicado publicado en Granma denuncia que la Embajada de EEUU en Cuba, y en particular la encargada de negocios, Mara Tekach, en lugar de dedicarse a promover los vínculos bilaterales promueve la división.