"No tengo información, y también se tiene que tomar en cuenta que hay una polémica en este tema, como en otros temas, y lo mejor es apegarnos a lo que establece nuestra Constitución y las leyes en estos casos, los convenios que tienen que ver con el asilo", respondió el mandatario a una pregunta al respecto durante su conferencia de prensa matutina.
Una periodista preguntó sobre la denuncia hecha por el Gobierno boliviano de facto, que dio a conocer audios en los cuales Morales presuntamente organiza, vía telefónica, bloqueos a los suministros de alimentos en ciertas ciudades.
La semana pasada, la presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, pidió por primera vez a las autoridades mexicanas que el asilado no haga declaraciones políticas desde su exilio en este país.
La Cancillería respondió el 15 de noviembre que la legislación nacional, la Convención Americana, y la Convención sobre Asilo Territorial, de la cual México es parte desde 1982, señala que "no se puede coartar la libertad de expresión de los asilados" y que dicho derecho no puede ser motivo de reclamación por otro Estado.
Intolerancia y racismo
El jefe de Estado dijo que el debate sobre el asilo al líder boliviano en este país ocurre en un marco de racismo.
"Hay una actitud de mucha intolerancia, como se están dando cambios en el país, afortunadamente por la vía pacífica, sin violencia, hay polémica y están saliendo a flote, brotan el racismo, el clasismo, las posturas intransigentes", prosiguió la respuesta.
López Obrador agregó que quienes se oponen al recibimiento otorgado al líder indígena que gobernó el país andino casi 14 años y a miembros de su gabinete, son "los conservadores".
En ese marco, criticó a quienes cuestionan "por qué a los indígenas se les entrega la pensión a partir de los 65 años, y que al resto de la población que no son indígenas a partir de los 68 años, eso nunca se había visto".
En México "existe el racismo, pero se procuraba ocultar y ahora emerge, porque muchos, que tenían como doctrina la hipocresía, están tan desquiciados por los cambios, que se están quitando ellos mismos las máscaras, ellos mismos se están desnudando", puntualizó.
La Cancillería argumenta que la libertad de expresión de los asilados "no debe estar sujeta a mayores limitaciones que las que tendría el de cualquier ciudadano mexicano".
Algunos partidos opositores han denunciado en el Congreso mexicano que los mensajes emitidos por el exmandatario, por redes sociales, discursos o conferencias de prensa y entrevistas, son violatorios del tratado sobre asilo y refugio político de Montevideo de 1939, del cual México no es parte.