Los aficionados al fútbol, sin lugar a dudas, sabrán que el 19 de noviembre es una fecha emblemática para el deporte rey a nivel mundial, pues un día como este pero hace 50 años, en 1969, Pelé anotó su gol mil ante Vasco Da Gama en el estadio de Maracaná.
En verdad, quien más que Pelé mismo, para contarnos la esencia de su vida. En una de sus entrevistas ofrecidas a la prensa especializada enfatiza que en la temprana niñez no falta un balón que nos acompaña, sea de trapo, de papel con scotch, a veces, esos tiempos, hasta una lata que nada se asemeja a una forma redonda, era el mejor pretexto para aprender a dominar el oficio futbolero.
"Todo se lo debo al balón y le estoy muy agradecido", afirma la leyenda del fútbol mundial y lo corrobora dándole un tierno beso al esférico de cuero.
Apenas nacido en el pequeño pueblo de Tres Corazones perteneciente al estado de Minas Geráis, una enfermera predijo a su madre que acababa de nacer un rey de fútbol, palabras que provocaron una reacción desagradable en ella, pues el padre de Edson —conocido como Dondinho— no había tenido éxito como futbolista, viéndose obligado a dejar de jugar a los 24 años de edad por grave lesión. Entonces vivían en pobreza material, por lo que cuando el pequeño Edson cumplió 5 años se fueron a vivir a Baurú, pueblo ferroviario al noroeste de San Pablo, en busca de mejor suerte.
Sus primeros sueños estaban relacionados con su padre y su mayor ilusión era llegar a ser tan buen futbolista como su progenitor.
Decía Pelé: "Algún día voy a ser como mi padre", y hasta el día de hoy se lamenta que no pudo batir el récord que ostenta él, al haber marcado 5 goles de cabeza durante un partido.
Recuerda el rey del fútbol que fue en en su colegio en Baurú donde empezaron a llamarle "Pelé".
Justamente las calles de este pueblo son testigos del proceso de adiestramiento de Pelé, pues como también es costumbre en las barriadas de otros países sudamericanos, los niños y adolescentes se entregaban a jugar cada día de sol a sol, horas y horas, hasta que la oscuridad les hacía volver a sus casas.
Su primer equipo infantil fue el Baquinho, el mismo club en que militaba su padre y con el cual obtuvo varios trofeos, demostrando su talento de atacante y fino olfato de gol.
La situación material de su familia era tan dura que Edson comenzó a trabajar de lustrabotas, momento que lo hizo madurar a su corta edad.
El primer gran salto del futuro autor de los primeros 1000 goles en partidos oficiales en nuestro planeta lo dio a sus 15 años, cuando aconsejado por el crack Valdemar de Brito, mundialista con la canarinha de 1934, viajó a probar suerte al ya famoso club Santos de San Pablo. Bastó el primer entrenamiento para que el técnico decidiera su fichaje.
Brasil entonces era país con marcadas diferencias sociales y los representantes de la raza negra eran marginados, pero el indiscutible talento fantástico de Edson Arantes Do Nascimento pudo más, para rendir a sus pies y unificar a todos: a los de "sangre azul", a los plebeyos, mestizos, indios, mulatos y negros.
Y allí estaba Pelé en ese instante histórico planetario del minuto 79, cuando el mismo había sido derribado por un defensa del Vasco Da Gama en el área grande, tras un pase filtrado de Clodoaldo, ante el balón, en el Maracaná —la Catedral mayor del fútbol en Brasil— ante las graderías abarrotadas y millones de sus seguidores en todo el mundo que seguían aquel histórico momento por radio o televisión.
Comentando el histórico gol mil de Pelé, el ya citado periodista Armando Nogueira comentó en su crónica que el milésimo gol de Pelé tenía que ser de penal y en el Maracaná, porque "Dios paró el juego, para que todo el mundo pudiera ver".