Las importaciones de diésel procedentes de Rusia y de las exrepúblicas soviéticas a EEUU aumentaron hasta alcanzar en octubre un máximo plurianual de 1,35 millones de toneladas. Se espera que el país norteamericano continúe importando volúmenes similares en noviembre, según se desprende de los datos de la empresa analítica Vortexa publicados por el periódico The New York Times.
Hoy en día, el diésel es el principalmente combustible de los motores de los barcos. Su demanda fue disminuyendo a lo largo del año después de que la Organización Marítima Internacional aprobase nuevas normas ecológicas. En particular, la entidad ordenó disminuir el contenido máximo de azufre en el combustible de los buques del 3,5% hasta 0,5% a partir del 1 de enero de 2020.
Los ecologistas creen que, gracias a esta reducción, las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera disminuirán un 85%, lo que reduce el riesgo de lluvia ácida que tanto daña la agricultura. Además, los habitantes de las ciudades portuarias experimentarán menos enfermedades respiratorias.
"Primero, porque el combustible con bajo contenido en azufre cuesta 1,5 veces más que el gasóleo y, segundo, porque no se produce en volúmenes suficientes para satisfacer la demanda global. Por ello, el 40% de transportistas marítimos continuará utilizándolo partir del 1 de enero", concluye.