"Esperamos que sea mínimo [el impacto], pues el proyecto se realiza fuera de toda coyuntura política", dijo el ejecutivo al expresar la esperanza de que "no se produzcan cambios radicales en la posición de nuestros socios.
Los resultados de las elecciones presidenciales del 20 de octubre en Bolivia desencadenaron una oleada de protestas contra la reelección de Evo Morales, acusado por la oposición de presunto fraude en los comicios.
La renuncia se produjo poco después del anuncio de nuevas elecciones generales, y en la misma fecha en la que auditores de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sugerían repetir la votación en Bolivia ante la imposibilidad de validar la victoria de Morales en la primera vuelta de los comicios.
El 12 de noviembre, la senadora opositora Jeanine Áñez, de 52 años, asumió la Presidencia interina de Bolivia, en una sucesión sin acuerdo parlamentario aunque avalada por el Tribunal Constitucional, que abrió las puertas a unas elecciones generales a corto plazo.
Desde su exilio en México, Morales calificó la autoproclamación de Áñez de "golpe artero y nefasto" y "asalto al poder del pueblo".