"Como resultado de la labor realizada, a día de hoy, 1.999.848 ciudadanos sirios ya regresaron a sus hogares, incluidos más de 1.304.919 desplazados internos y más de 694.929 refugiados del extranjero", dijo Mizíntsev.
Además, se ha hecho posible el acceso humanitario a las zonas más afectadas por la guerra. Por ejemplo, en una acción humanitaria, los soldados rusos distribuyeron 14,7 toneladas de alimentos a los habitantes de la ciudad de Ain Issa.
A su vez, los miembros de la Media Luna Roja Árabe Siria prestaron asistencia en el campamento de Arisha en la ciudad de Hasaka, distribuyendo unos 4.000 kits para refugiados y unos 7.000 unidades de ropa de invierno.
"Las cifras presentadas demuestran claramente el interés del Gobierno sirio en garantizar condiciones de vida decentes para sus ciudadanos, así como el retorno voluntario y seguro de los refugiados a su patria", dijo Minintsev.
Estados Unidos impide el retorno de los refugiados sirios a su patria, declaró Mizíntsev.
"Estados Unidos se opone aún más a la iniciativa ruso-turca para devolver a ciudadanos siros de Estados fronterizos, incluidos Jordania y Líbano", dijo.
Precisó que la misión diplomática estadounidense en Jordania, a través de las organizaciones no gubernamentales bajo su control, promueve la idea de que en Siria se mantiene una situación "muy complicada" y no están las condiciones necesarias para llevar a cabo una repatriación adecuada.
De esa manera, resaltó Mizíntsev, defensores de derechos humanos continúan estimulando la integración de los sirios en el extranjero, "a pesar de que en Siria todo ya está listo para recibir a los ciudadanos".
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná (antiguo nombre de la capital kazaja, hoy Nur-Sultán), copatrocinada por Rusia, Turquía e Irán.