"Tuvieron que salir por detrás, no pudieron salir por delante de la Embajada, y no lo hicieron por un motivo simple: la resistencia militante en defensa de la soberanía del pueblo venezolano", dijo el diputado brasileño Glauber Braga, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) en un video divulgado en las redes sociales, a los militantes situados a las puertas de la embajada.
Los simpatizantes de Guaidó fueron escoltados por la Policía Militar del Distrito Federal y la salida fue coordinada por la Policía Federal y la Cancillería brasileña.
Durante horas, en el edificio, que además es residencia oficial de varios funcionarios, hubo dos grupos enfrentados; los propios trabajadores del Gobierno de Nicolás Maduro y los simpatizantes de Guaidó, que se consideran legítimos representantes de Venezuela.
La invasión se produjo de madrugada, y según diversos parlamentarios de partidos políticos de la izquierda brasileña se hizo por la fuerza y hubo enfrentamientos violentos; también acusaron al Gobierno de Jair Bolsonaro de facilitar el allanamiento.
Uno de los hijos del mandatario Jair Bolsonaro, el diputado Eduardo Bolsonaro, celebró la invasión, afirmado que dado que el Gobierno brasileño reconoció a Guaidó como presidente son sus representantes los que deben ocupar la embajada.
El Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) del Gobierno brasileño desmintió que Bolsonaro incentivara la invasión y afirmó que se estaba haciendo todo lo posible para que la situación volviera a la normalidad.