Estas políticas públicas se establecieron debido a que, como lo señala la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), habían fracasado las estrategias de apoyo al campo por la falta de un marco legal y un diseño sectorial.
Mediante las Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC) se crean viveros y biofábricas, además de cajas de ahorro que serán la base para iniciar los proyectos productivos. Participan en ellos 25 sembradores como mínimo, 3 becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro y un binomio técnico (social y productivo).
El "tequio" y la "mano vuelta", tareas colectivas no remuneradas, son los recursos para este programa que fomenta la cultura del ahorro y el empoderamiento financiero.
Los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz encabezan la lista de apoyos recibidos de este programa, de las ocho entidades donde opera actualmente.
Para 2020 se espera que este programa se expanda a Chihuahua, Colima, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, San Luis Potosí, Tamaulipas y Sinaloa.
Sembrando Vida ya se estableció en 575 mil hectáreas distribuidas en Campeche, Chiapas, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Incluyen 4 mil ejidos y cerca de 400 comunidades, muchas de ellas indígenas.
Las especies que más impulso tendrán a través de este programa, entre otros, son:
"Estamos recuperando el planeta, recuperando al país", comenta un sembrador sobre el programa que fortalecerá el desarrollo económico y social de 410 mil campesinos.