"Nos gustaría seguir fortaleciendo [las relaciones] en el futuro", dijo Makéi en una entrevista con el periódico alemán Süddeutsche zeitung publicada este 13 de noviembre en la página de la Cancillería.
Al mismo tiempo, según Makéi, "la dependencia de un solo país es perjudicial para nuestra economía, por lo tanto, nos gustaría diversificar nuestras relaciones".
"Quisiéramos tener buenas relaciones con la Unión Europea y otros países del mundo", concluyó.
Derechos humanos sociales
Bielorrusia concede importancia a los derechos humanos sociales mientras que la Unión Europea se preocupa por los derechos individuales, afirmó Makéi.
"La UE se preocupa ante todo por los derechos individuales, y nosotros por los derechos sociales, como el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación y a la seguridad social", dijo.
El ministro explicó que la diferencia se debe a "la forma de pensar soviética".
En cuanto a la perspectiva de abolir la pena de muerte en Bielorrusia, Makéi destacó que Minsk no lo descarta en el futuro.
Bielorrusia es el único país de Europa donde se aplica la pena de muerte, en 1996 se realizó el referéndum nacional para su anulación, y en ese entonces más del 80% de los participantes del plebiscito votaron por mantener vigente el máximo castigo.
La existencia de la pena de muerte en el país es el principal obstáculo para que Bielorrusia recupere el estatus de invitado especial en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE).
Conflicto en Donbás
Bielorrusia ve por parte del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, una intención sincera de resolver el conflicto en Donbás, declaró Makéi.
"Nos ha dado la impresión de que Zelenski busca sinceramente resolver ese conflicto en el este de Ucrania, por lo que ahora necesita un apoyo considerable", dijo.
"Sin duda alguna, yo hablaría de un éxito", expresó el canciller, al recordar que aún en febrero de 2015 "se tomaron decisiones concretas: una tregua, un canje de presos, un alto el fuego temporal".
Al mismo tiempo, subrayó que "no todos los vacíos fueron llenados" y "ahora cada parte dice cosas diferentes a la hora de explicar lo que está sucediendo hoy".
"Sin embargo, espero que pronto haya una oportunidad para celebrar una nueva cumbre en el formato de Normandía" (Rusia, Ucrania, Francia y Alemania), agregó Makéi.
Los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo balance la ONU estima en unos 13.000 muertos.