Pese a entrar en la octava semana consecutiva de violentas protestas contra el presidente Jovenel Moïse, que han dejado un saldo de 48 muertos según la ONU, los medios occidentales hacen mutis de los graves acontecimientos que se están suscitando en la nación caribeña, sin embargo, es histórico este desinterés no solo por parte de los medios, sino del hemisferio en general, ¿es acaso Haití una nación aislada, un estado excluido, una nación maldita?
No obstante, las posteriores repúblicas que se formaron por la desmembración del Imperio español, no eran proclives a la idea de abolir la esclavitud, formaron estados con bases sociales muy parecidas a las de la colonia defenestrada, y por ende, la experiencia haitiana fue silenciada y, en el mejor de los casos, menospreciada en los libros de texto de historia de la región.
Alexandre Pétion socorrió al mismísimo Simón Bolívar cuando este había perdido todo, incluso su país, puso a su disposición 6.000 fusiles con sus bayonetas, municiones, víveres, una imprenta, una flotilla de barcos, dinero y expedicionarios, a lo que preguntó: "¿Debo hacer saber a la posteridad que Alexandre Pétion es el libertador de mi patria?”, a lo que respondió el presidente haitiano: "No, prométame que abolirá la esclavitud donde comande".
En la actualidad, el 80% de los haitianos viven en condiciones de extrema pobreza, es el país más pobre del hemisferio, subsiste por la ayuda de organismos internacionales y se encuentra terriblemente arruinado por desastres naturales, deforestación, intervenciones militares y un sistema económico atávico neocolonial y cuasiesclavista impuesto desde Occidente.
Cuba y Venezuela a través de médicos, envíos de petróleo y derivados, construcción de infraestructura, entre otros, han sido de los países que desinteresadamente han ayudado al deprimido estado insular, de hecho ha habido protestas internas en el pasado por el mal manejo de cuantiosos fondos que ha dado Petrocaribe (Filial de PDVSA) a la nación.
Por ende, Haití no es una nación 'maldita' o castigada por Dios, como lo han querido hacer ver la hipócrita canalla mediática, es un país asolado por desastres naturales por la ubicación geográfica, han deforestado su suelo porque deben cocinar sus alimentos con leña por falta de combustibles, han sido víctimas de regímenes políticos del horror por anuencia del imperialismo y han tenido que migrar de su querida Quizqueia por el neoliberalismo.
Por último, a pesar de este cuadro tan devastador, no nos debe ganar el pesimismo, la solución a los problemas estructurales de Haití pasa por la instauración de una élite política proclive a fortalecer las relaciones con sus vecinos, especialmente el ALBA TCP y por romper con los que siempre los han explotado, el imperialismo, total ¿qué más pueden perder de esta relación tóxica?