El guardacostas Ivan Papanin con casco reforzado para navegación entre hielos tiene un desplazamiento de 8.500 toneladas y mide 100 metros de eslora y 20 de manga. Su autonomía es de 60 días.
El barco está armado con un cañón naval y dispone de una plataforma para helicóptero.
El columnista del diario ruso Vzglyad Alexandr Timojin calificó la botadura del Ivan Papanin como un "acontecimiento extremadamente importante".
Según el analista, una guerra grande con EEUU es posible, pero altamente improbable. Y aún menos probable que involucre los rompehielos porque Estados Unidos dispone de una potente flota de submarinos. Mientras tanto, incidentes armados y provocaciones sí que son muy probables, opina Timojin.
"La presencia de dos rompehielos militares en Rusia garantiza el fracaso de una provocación de rompehielos estadounidense en la Ruta Marítima del Norte", comenta en su artículo.
El segundo rompehielos del proyecto 23550 es el Nikolai Zubov. El inicio de su construcción se prevé para el año 2020.
Cabe señalar que la flota rusa de rompehielos se enfoca en el uso comercial. Sus buques no son militares y tienen mucho trabajo no militar porque Rusia tiene una enorme infraestructura en el Ártico: puertos, plataformas de producción de petróleo, plantas de licuefacción de gas, ciudades. Todo esto requiere mantenimiento, señala Timojin.
Sin embargo, la Guardia Costera de EEUU afirmó a mediados de este año que necesita seis nuevos rompehielos para poder competir con Rusia en el Ártico. La iniciativa busca obtener un mayor control sobre la prometedora Ruta Marítima del Norte.
"¿Por qué necesitan tantos rompehielos? Pues, la respuesta es fácil: para dañar a Rusia en la Ruta Marítima del Norte. (…) Como lo intentaban hacer en los 60, crearán todo tipo de escándalos y crisis pequeñas al borde del uso de armas", comenta Timojin.
Aunque parezca insignificante a primera vista, este tipo de acciones "causarían un daño político a la reputación de Rusia y socavaría la fiabilidad de la Ruta Marítima del Norte".
"Teniendo en cuenta que los estadounidenses tienen previsto irrumpir en el Ártico con todas sus fuerzas, los nuevos rompehielos militares son muy oportunos. Adelantan un poco al oponente. Y esto es muy bueno", concluye el autor.