"Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Reino Unido tenía para ese momento cerca de 60 enclaves coloniales, fue perdiendo más de 40 y le quedan 14, pero los sigue perdiendo en el Siglo XXI", por distintos caminos y razones, apunta Laurnagaray para dimensionar la potencia que fue y el impacto que en sus habitantes puede significar este proceso.
Reino Unido fue uno de los arquitectos del "Orden Mundial" que prima desde finalizada la Segunda Guerra. Lo hizo como aliado especial de EEUU, que a su vez se convirtió en el gran vencedor del conflicto. Y surgió como hegemón global con Europa como socio estratégico y con América Latina, África y buena parte de Asia como su área de influencia.
"Esa hegemonía está finalizando y ese proceso de decadencia de occidente como poder está generando rupturas dentro de esa alianza", y el proceso Brexit es un exponente más de este derrotero global, apuntó el experto.
La crisis financiera de 2008 también forma parte de este proceso porque "agravó la desigualdad y generó un euroescepticismo fenomenal dentro de UE", que se plasmó en la consulta popular rupturista de 2016, agregó el analista.
Laurnagaray recurrió a una frase del actor cómico norteamericano Groucho Marx para describir esta realidad: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar los remedios equivocados".
"Esto es lo yo veo que pasa con el Brexit, porque ante esa necesidad, esa desigualdad, ese crecimiento de la pobreza por el ajuste que se aplicó en Inglaterra después de la crisis", la ruptura con el bloque europeo fue presentada como la solución. Eso prendió con fuerza "sobre todo fuera de las grandes ciudades y eso generó ese rechazo a la UE", explicó.
En este escenario, el Partido Laborista de Jeremy Corbyn aspira a que la campaña no solo se centre en la salida de la UE.
"El laborismo está diciendo 'la discusión más central de todas no es el Brexit en sí, sino el modelo económico, y ojo que los conservadores no usen el Brexit para aislarse y desregular aún más la economía y favorecer aún más la concentración de la riqueza'", alertó Laurnagaray.
En tal sentido el experto indicó que la posibilidad de un acuerdo comercial preferencial con EEUU —prometido por su presidente, Donald Trump, una vez se concrete la ruptura— echaría "por tierra regulaciones laborales, ambientales". Y señaló que estos nuevos acuerdos de libre comercio terminarían "beneficiando a las grandes multinacionales, a las farmacéuticas norteamericanas y transfiriendo más riqueza de los contribuyentes británicos hacia la cúpula del poder que hoy tenemos".