No solo anima a los niños, sino también a los padres y al personal médico. Todos se lo pasan genial cuando llega este inusual Iron Man.
Loiacono explica que el 99% del trabajo depende de los médicos, de las enfermeras y de las familias de los niños. Él solo contribuye con un 1%. Pero esa cifra puede tener un impacto positivo en la recuperación de los pequeños.
Loiacono había perdido su trabajo y había pasado por una depresión, pero logró salir de ella. Ahora su ambición es visitar el máximo número posible de hospitales infantiles en Argentina para hacer felices a los niños.