"Los recientes acontecimientos mostraron que a la categoría de los llamados 'proveedores frágiles' no solo se puede incluir a Irán, Venezuela, Libia, Irak y Nigeria, sino también a Arabia Saudí", dijo.
Sechin recordó que "tras el ataque contra instalaciones de la infraestructura petrolera de Arabia Saudí, al menos la mitad de la producción en el país fue suspendida".
A la vez subrayó que Arabia Saudí "sin duda alguna es un proveedor fiable y estable".
Los hutíes del movimiento yemení Ansar Alá, contra los que lucha la coalición árabe con Arabia Saudí a la cabeza, afirmaron que fueron sus combatientes quienes atacaron las empresas saudíes.
Sin embargo, Estados Unidos y Arabia Saudí sostienen que detrás del ataque está Irán, que rechaza en términos categóricos su implicación.
El ataque redujo en 5,7 millones de barriles la producción diaria de Saudi Aramco, estimada en unos 9,8 millones de barriles, y provocó una subida del petróleo sin precedentes desde la Guerra del Golfo (1990-1991), pero más tarde los precios bajaron ante la noticia de que Arabia Saudí no tardaría mucho en recuperar el volumen.