"Una calle con infraestructura verde es más fácil de caminar, segura y mejor para la salud; por cada peso invertido se devuelve 20 pesos en beneficios públicos", aseguró Gustavo Madrid, director de la empresa de arquitectura y urbanismo eeTestudio, de México.
El evento convoca a especialistas de varios países para intercambiar ideas y exponer iniciativas para que las ciudades, que cubren apenas el 3% de la superficie del planeta, dejen de ser el mayor emisor de gases de efecto invernadero.
"Se trata de estimular que la comunidad produzca más de lo que se consume: por ejemplo, un edifico que genere más energía de la que usa", señaló Roberto Meza, de la consultora Sphera Sostenible.
Según los organizadores del Foro, el consumo de energía en edificios y el transporte son las principales fuentes de emisiones de los gases que provocan el cambio climático, por ende las ciudades se prestan para innovar en busca de acciones para propiciar la "descarbonización".
La cita incluye un aparte para debatir la comunicación sobre cambio climático, a partir de las percepciones de la población sobre un problema que algunos líderes mundiales insisten en considerar un "hoax" (del inglés, leyenda urbana).
Espacios que inviten a caminar
El fomento de ambientes más propicios para caminar, y por ende ganar en salud y reducir la emisión de carbono a la atmósfera, caracteriza el concepto de "caminabilidad", explicado durante el IV Foro Mundial de Ciudades Bajas en Emisiones.
"La caminabilidad no es solo sobre cuánta gente camina en un lugar, sino sobre la calidad de los lugares, si la gente disfruta caminar, si lo hace por elección y no porque no le queda de otra", explicó Jim Walker, fundador del movimiento Walk21, que promueve la construcción de espacios para peatones en las ciudades.
Convencido de la necesidad de construir más senderos para caminar que vías para los automóviles, Walker impulsa una fuerza ciudadana que ponga al peatón en el centro de las decisiones sobre espacio público.
Walker puso el ejemplo de Costa Rica, cuyo Ministerio de Obras Públicas no tiene un departamento para la caminabilidad o el ciclismo, y por ende no existen estándares ni regulaciones para asegurar la calidad de las aceras y ciclovías.
"Si los datos dicen que aproximadamente el 30% de las personas caminan en Costa Rica, entonces… ¿cómo velamos por su bienestar?", señaló el experto, quien alertó además sobre el acoso callejero y otras amenazas a la seguridad del peatón.