"Sigo con preocupación lo que está pasando en Chile, espero que, después de que hayan terminado las manifestaciones violentas, se pueda trabajar, a través del diálogo, para encontrar soluciones a la crisis y hacer frente a las dificultades que la generaron, por el bien de toda la población", declaró el pontífice.
El 19, las manifestaciones se extendieron a todo el país y se tornaron mucho más intensas, incluyendo barricadas, saqueos e incendios; y para combatir a los manifestantes el Gobierno invocó la Ley de Seguridad del Estado, decretó el Estado de Emergencia e instauró el toque de queda en las principales ciudades del país.
Actualmente el Gobierno ha confirmado 15 muertes de manera oficial en el contexto de las manifestaciones, pero a través otros organismos y de la prensa se han revelado más casos de fallecimientos.