"Uno de los principales legados de Alicia fue convertir al ballet en algo popular en Cuba", comentó a Sputnik la afamada bailarina y coreógrafa cubana Lizt Alfonso, directora de la compañía de ballet Lizt Alfonso Dance Cuba.
"No puede ser de otra forma, enfatizó Lizt. Ella convirtió al ballet en algo popular en Cuba, [ayudó a] que bailarines como Carlos Acosta, Julio Arozarena, Jorge Esquivel, Andrés Williams, o como Lázaro Carreño llegaran a la cima, con la voluntad de cada uno de ellos de por medio, pero ella hizo esa magia, junto a [los hermanos] Fernando y Alberto [Alonso]".
Largas filas de pueblo rodearon el teatro, ubicado a un costado del Capitolio Nacional y frente al Parque Central de La Habana, para darle un último adiós a una de las principales figuras de la cultura cubana en los últimos cien años.
"Es lógico que si esos grandes artistas salieron del pueblo, también es lógico que ese pueblo le tribute a su artista querida ese adiós, pero donde quiera que nos paremos, estaremos haciendo anécdotas, cuentos, historias de cuando la vimos bailar Giselle, o caundo bailó con [Vladimir] Vasiliev, o cuando la disfrutamos en Carmen, porque cada uno de esos momentos determinó un momento importante en nuestras vidas", comentó Lizt Alfonso a Sputnik.
"Ella se quedará por siempre guardada aquí —mientras se tocaba el corazón—, y estará en nuestro imaginario, y por eso su pueblo la reverencia hoy y siempre", enfatizó Alfonso.
Sputnik también conversó con Gretel Morejón, la más joven primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba, y la última que conservará su acreditación firmada por Alicia Alonso.
"Alicia enamoró al pueblo de Cuba por su pasión por la danza, y a partir de eso surgieron maestros, bailarines, público, y recuerdo que mi madre la admiraba y desde muy pequeña me inculcó esa admiración hacia ella", comentó la joven artista.
"Me crié viendo a Alicia bailar —recuerda—, y mi familia y mis maestros me la ponían de ejemplo para todo. Cuando entré en el ballet, esa admiración heredada se convirtió en realidad".
Gretel rememora a la Alicia pedagoga, la que le hablaba a los bailarines, los enseñaba, los convencía dónde estaba el error a superar.
"Te hablaba, te convencía, y te enseñaba que no importaban las barreras que ponía la vida, porque había que ir por encima de todas ellas", subrayó Morejón.
"Por ella y por la Revolución cubana —dice—, el ballet dejó de ser de élites, de quienes pudieran pagar un ticket, ahora el ballet es del pueblo, gracias a Alicia, a Fernando, a Alberto, que caminaron toda Cuba explicando qué era la danza clásica, enseñando, enamorando, una labor increíble".
Fundó el Ballet Nacional de Cuba en 1948, compañía que se convirtió en una de las más importantes del mundo, y que dirigió hasta el final de su vida, y es recordada en los más exigentes escenarios internacionales por sus insuperables interpretaciones del ballet 'Giselle', entre otros.