"La convocatoria del expresidente y candidato Carlos Mesa a protestas ciudadanas contra un supuesto fraude ha sido la mecha que encendió los conflictos y ahora viene la contraprotesta del oficialismo", dijo a Sputnik el analista Vicente Guardia, de la fundación de estudios sociales Comunidad Cívica.
Apuntó que esta situación "no debería sorprender a nadie" porque el desconocimiento opositor a una eventual reelección de Morales estaba anunciado desde el inicio del proceso electoral.
El Órgano Electoral, cuya cabeza es el Tribunal Supremo Electoral, repudió la violencia y aseguró en un comunicado que el cómputo oficial estará concluido en el plazo fijado por ley, máximo el 3 de noviembre, con garantía de transparencia.
Manifestantes que coreaban denuncias contra el supuesto fraude cercaron y en algunos casos destruyeron varias oficinas electorales, en reacción ante el cómputo inconcluso que descartaba una segunda vuelta.
La primera convocatoria a paro surgió en el rico departamento oriental de Santa Cruz, cuyo Comité Cívico, que representa a diversos sectores de la sociedad civil, dijo que la protesta arrancará el 23 de octubre con pretensiones de convertirse en una huelga nacional.
"Vamos al paro hasta que ustedes (pueblo) nos lo digan. Desde las 00:00 del miércoles (23 de octubre) no se tiene que mover un sepe (hormiga en dialecto regional) en Santa Cruz", dijo el líder de ese comité, Luis Fernando Camacho.
Indicó que de esa manera se cumplía la resolución de un cabildo o asamblea popular organizada por ese comité a principios de octubre, en plena campaña electoral, que llamó a desconocer una eventual victoria de Morales si se denunciaba fraude.
Una fracción del comité cívico de Cochabamba (centro) anunció de inmediato que organizaría el paro en ese departamento.
El Comité Nacional de Defensa de la Democracia, que aglutina a varios comités cívicos, plataformas ciudadanas y personajes notables de la oposición, llamó luego a un paro nacional indefinido contra la reelección de Morales.
Casi simultáneamente, los movimientos sociales oficialistas de Bolivia salieron en defensa de la victoria electoral preliminar de Morales anunciando una concentración popular en La Paz, en respuesta a las protestas opositoras.
"Firmes vigilantes de que se respete la voluntad popular expresada en las urnas (...) nos declaramos en estado de emergencia y movilización nacional con una primera concentración nacional el miércoles 23 de octubre a mediodía", dijo en un comunicado la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam).
La alianza de sindicatos, asociaciones populares y otros movimientos que sustenta al Gobierno de Morales se pronunció tras reunirse con el gobernante en la Casa Grande del Pueblo, sede presidencial.
"Defenderemos el triunfo del compañero Morales, no podemos aceptar que desconozcan el voto del área rural, del campesino, del indígena, confundiendo a la población e intentando hacer ver que hubiera fraude", dijo tras la lectura del comunicado el líder de la Central Obrera Boliviana y de la Conalcam, Juan Carlos Huarachi.
Repitiendo una denuncia que hizo el gobernante la semana pasada, Huarachi acusó a la oposición derechista de estar "intentando realizar un golpe, un atentado a la democracia y a la estabilidad social".
El líder sindical responsabilizó al candidato opositor Mesa por los disturbios, durante los cuales una turba derribó en la madrugada una estatua del expresidente venezolano Hugo Chávez en una ciudad amazónica.